Bi-espíritu del oeste
Por Gabriel Sánchez
El caballo y el jinete: dos espíritus en santi
Cuando pienso en Santi como artista y creador se me viene la imagen de un caballo y su jinete. Escribiendo esto, digo yo, puedo decir que Santi es los dos. Santiago Gallo es un actor formado por dos espíritus, el del caballo fogoso que hace resonar el valle con su trote retumbante y el jinete orgulloso y templado que se hace presente con el primer paso que da en la taberna.
Cuando lo conocí por primera vez, el caballo parecía carecer del jinete. En 2021 durante un ensamble virtual, aun a través de una cámara, Santi hacía estruendos y proponía ideas como si fueran filos de pasto en su gran llano. Admito no haber sido fanático de esto en un inicio por lo azaroso y ruidoso que me parecía. Hoy, viendo hacia atrás pienso que si bien sí era necesario un control, Santi (en su propia forma) nos estaba invitando en paso frenético a cruzar las montañas y ríos que se interponen en el proyecto.
“Santiago es un actor formado por dos espíritus, el del caballo fogoso que hace resonar el valle con su trote retumbante y el jinete orgulloso y templado que se hace presente con el primer paso que da en la taberna.”
De la agitación al equilibrio en el trabajo en equipo
La segunda vez que me lo tope durante nuestra carrera se reforzaba mi intuición. Acabada de pasar la pandemia, en un proyecto de dúos en “Laboratorio de exploración audiovisual” Recuerdo como Santi quería ponerse el peso completo de varios aspectos del proyecto como producción, cámara, dirección y actuación. Uno podría pensar que venía de alguna desconfianza que me tendría a mí, pero en su presencia uno sabía que simplemente tenía una confianza (como vaquero por su rancho como se diría) en poder ejecutar varios roles con gran habilidad y destreza. No siendo completamente equívoca su confianza, me genera una risa nostálgica pensar en el Santiago desembocado que andaba volando sobre la tierra donde nadie lo podía alcanzar. No podía contenerse de estar haciendo todo en todas partes todo el tiempo.
En mis últimos tres semestres nunca deje de ver ese espíritu agitado. Tuve siempre por lo menos una clase donde nos cruzábamos. Sin embargo, no fue el mismo. Algo de su presencia en el equipo de trabajo traía también una calma en el equipo. Con mano en el mentón y gesticulación de diplomacia en las manos, las ideas del caballo que nadie podía alcanzar eran traducidas en boca de Santi.
“Algo de su presencia en el equipo de trabajo traía también una calma en el equipo.”
La madurez artística a través del liderazgo
Pude ver dos laboratorios más con Santi donde lo veía siempre crear y compartir sin reserva. Volaban las ideas que se le asomaban en el cielo estrellado que debe decorar el amplio valle que ve frente a él. Un cambio que dio el tiempo fue la soga que Santi ha usado para dirigir el trote de su mente por los caminos que ve que sus compañeros ya han puesto. Apropiadamente, guía y se deja guiar por todo lo que le rodea para usar el máximo potencial que tiene su fogosidad.
Por último, en nuestro último ensamble juntos vi el mismo proceso al revés. El hombre con cuerpo reservado escuchaba atentamente con mirada compuesta y confiada las instrucciones de su directora. Y al salir a escena era guiado por estruendosos pasos y una voz a gran pulmón para darle vida al señor Peachum.
Estando recién graduado yo, me trae alegría y calma que escucho detrás de mí un galope acercándose. Viene a paso lento, compuesto, seguro, calculado y con una nueva afición de iluminar el cielo con estrellas “EOS”.
“Estando recién graduado yo, me trae alegría y calma que escucho detrás de mí un galope acercándose.”
– Gabriel Sánchez